lunes, febrero 18, 2008

60.000 euros de rebaja en Pocerolandia

Los promotores inmobiliarios llevan años intentando convencernos de que la vivienda es una inversión segura que nunca baja de precio. Es lógico, su negocio es vender viviendas y mientras más bonito lo pongan mejor.

Sin embargo el parón inmobiliario es evidente, basta irse a las estadísticas de compraventa de vivienda para ver que las ventas caen en picado. La solución es bien sencilla, para animar la ventas hay que rebajar los precios.

Pero un promotor no puede bajar los precios así como así. Depende de cada situación, pero en general los márgenes que tienen de beneficios son tan abultados que permiten las rebajas y seguir ganando. Lo que pasa que las rebajas deben hacerse con cuidado para que los compradores ni los que han firmado las precompras de las promociones anteriores no se molesten.

Por ejemplo, digamos que alguien firmó la precompra de un piso por 300.000 euros en 2006. Llega entonces al 2008 a firmar las escrituras y se da cuenta de que un piso similar al suyo ya terminado se vende ahora por 240.000, podría negarse a efectuar la compra devolviendo las cantidades adelantadas y truncar el negocio del promotor. Por eso se hacen rebajas encubiertas como regalar un garaje o un coche, añadidos que se “dan” sin tocar el precio final.

Pero otros promotores lo tienen más claro y es de agradecer, porque el mercado de la vivienda conviene agilizarlo para que la economía española no se pare. En Seseña, un pueblo de Toledo, Francisco Hernado “el pocero” ha levantado una ciudad dormitorio satélite de Madrid. Sus pisos antes se vendían pero ahora no lo tiene tan fácil y ha decidido ofrecer rebajas de 60.000 euros como indica esta noticia.

Por otro lado hay otros promotores que ofrecen sus pisos a precio de coste como se refleja en este enlace, con rebajas de hasta el 40%

Y es que los promotores piden dinero prestado para poder levantar sus viviendas. Los préstamos tienen una duración que se estima en función del tiempo en el que se prevén que se van a vender las viviendas. Si las viviendas se venden a menor ritmo el promotor podría verse en dificultades para pagar su préstamo, con lo que conviene acelerar las ventas, la solución más efectiva: bajar el precio.