lunes, junio 12, 2006

El Financial Times de nuevo

El FT lleva tiempo alertando de la burbuja inmobiliaria, he aquí un nuevo artículo sobre el tema cuya traducción es la siguiente:

Mientras los especialistas del Banco Central Europeo meditan hoy en Madrid otra subida de los tipos de interés, tendrán también la oportunidad de ver de primera mano la resistente paradoja que es la boyante economía de España.
Los banqueros volarán sobre un mar de grúas de construcción antes de aterrizar en la flamante terminal del aeropuerto de Barajas, diseñada por Richard Rogers. Les esperará una flota de limusinas que los llevará a través de los nuevos suburbios que han florecido durante el boom inmobiliario sin precedentes de España.
Más de 400.000 viviendas han sido construidas en Madrid y alrededores en los últimos cinco años, en parte para alojar al millón de inmigrantes que se han establecido en la capital.
El tráfico rodado será lento y estresante. Gracias a los abundantes créditos al consumo, a tipos de interés reales negativos, hay tres millones más de coches en las carreteras que hace cinco años.
"Hay dos factores que sostienen el crecimiento económico de España", dice José Luis Feito, un economista español. "El primero son los bajos tipos de interés de la eurozona, que han estado por debajo de la inflación española desde 2002. El segundo es la inmigración, que ha moderado el crecimiento salarial mientras ha aumentado la demanda por todo tipo de bienes y servicios, incluyendo los inmuebles".
La economía española está en su undécimo año de crecimiento ininterrumpido, lo que la convierte en un extraño oasis dentro de una prácticamente inactiva eurozona. España ha crecido al 3,5% anual en el primer trimestre de 2006. La eurozona lo ha hecho un 1,9%.
Los signos de recalentamiento vienen siendo evidentes hace tiempo. El precio de los inmuebles ha aumentado un 150% desde 1998, a pesar de que el stock de viviendas se ha doblado en el mismo periodo. (España consume la mitad de todo el cemento de la Unión Europea). La tasa de inflación del 4% es la más alta de las 12 naciones de la eurozona, lo que conlleva una dramática pérdida de competitividad con respecto a sus principales socios comerciales. El déficit por cuenta corriente, de 67.000 millones de euros, es el segundo del mundo después de los Estados Unidos en términos absolutos, y el mayor del mundo en términos relativos, un 7,4% del Producto Interior Bruto.
Desde hace algún tiempo, los economistas vienen avisando de que el crecimiento basado en una burbuja inmobiliaria y una orgía consumistas (las dos alimentadas por créditos baratos) no pueden sostenerse. Las preocupaciones aumentaron cuando el endeudamiento de las familias alcanzó el récord del 115% de la renta disponible al final del pasado año, según el Banco de España.

"Los fundamentos del crecimiento económico son ahora extremadamente frágiles", dice Rafael Pampillón, jefe del departamento de Economía del Instituto de Empresa, una escuela de negocios de Madrid. "Un aumento de los tipos de interés, mayor desempleo, un retroceso en la demanda de nuevas viviendas, menos turistas -cualquiera de estos factores puede pinchar la burbuja inmobiliaria".
El señor Feito dice que un aumento del 2% en los tipos de interés, hasta el 4,5%, sería suficiente para meter a España en recesión.
Antoni Espasa, un profesor de economía de la universidad Carlos III de Madrid, dice que España tiene sólo una pequeña oportunidad de evitar la "bomba de relojería" de la alta inflación y la pérdida de competitividad crónicas.
"Necesitamos más desregulación en todos los sectores de la economía", dice. "Necesitamos más inversión en investigación y desarrollo".
Pero es difícil imponer cambios en tiempos de bonanza. "Hay mucha complacencia entre los empresarios y el Gobierno", dice Pampillón. Los ingresos récord por impuestos y seguridad social han animado al gobierno socialista a incrementar el gasto en un 7%, excluyendo intereses de deuda. Esto, dice Pampillón, contribuye a presiones inflacionistas. "El Gobierno podría ayudar a plantear un aterrizaje suave imponiendo austeridad en el gasto, pero esto es improbable porque 2007 y 2008 son años electorales".
Los economistas españoles son reacios a predecir cuándo llegará el crack, si lo hace. El consenso es que España dispone de, como mucho, dos años más de fuerte crecimiento antes de que los problemas latentes salgan a la superficie.
"La economía española está viviendo en tiempo prestado", dice Emilio Ontiveros, profesor de economía de los negocios en la Universidad Autónoma de Madrid. Los bancos continúan concediendo créditos (están ya disponibles las hipotecas a 40 años mientras que los precios de las viviendas están ya fuera del alcance de la mayoría de compradores de primera vivienda) y los españoles se van hundiendo más profundamente en el endeudamiento. Los únicos factores que retrasan el crack son los bajos tipos de interés y la demanda creada por cuatro millones de inmigrantes, que han aumentado en cerca de un 10% la población en los últimos seis años.Ontiveros, que predice que el consumo se enfriará este año, ve una oportunidad de aterrizaje suave si las exportaciones españolas cubren parte de la actividad de un sector de la construcción que va en declive.
"Necesitamos un mejor equilibrio económico para conseguir crecimiento sostenible", dice. "Por el momento lo que tenemos es un monocultivo basado sólo en el cemento y el ladrillo".